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diciembre 21

¡Llega el invierno y con él… la Navidad!

Llegan unas pequeñas vacaciones, el momento de poder descansar unos días. De olvidarnos de madrugar y de poder alargar en la cama esos “5 minutos más” que en nuestro día a día no podemos.

Llegan unas pequeñas vacaciones, el momento de poder descansar unos días. De olvidarnos de madrugar y de poder alargar en la cama esos “5 minutos más” que en nuestro día a día no podemos.

Llega una época de reencuentros, de abrazos y de cenas y risas en familia. Llega el turrón a nuestras casas y con él, el momento de buscar en el trastero esa caja llena de adornos navideños y de luces, que tiene un montón de purpurina en el fondo. De poner el árbol de Navidad, o el Belén, ¡o las dos cosas! Y de que nuestras mascotas decidan jugar con ellos.

Llega el momento de pasar más tiempo en casa, de poder descansar rodeados de nuestros seres queridos, mientras ponen en la tele las películas navideñas de todos los años, con las que los más pequeños disfrutan tanto.

Llega el momento de adornar las cocinas con la planta de Navidad, o flor de Pascua, que  siempre regala algún familiar, aun sabiendo que no pasará de esas navidades. Pocas cosas hay tan navideñas como esa planta, con sus hojas rojas llenas de vida.

Llegan los momentos de pasear tranquilamente, de ver las luces de navidad y los escaparates de las tiendas decorados. De salir a la calle con guantes, gorros y bufandas, para ver las luces en las calles con el olor a castañas asadas de fondo. De pasear con calma por los mercadillos navideños y pensar en los regalos que le harían ilusión a cada uno de nuestros seres queridos.

Se acercan los propósitos de año nuevo, llenos de buenas intenciones como empezar en el gimnasio, dormir las 8 horas recomendadas o tener una dieta más sana y equilibrada después de todos los atracones de las fiestas.

Llega el momento de soñar, y no solo durmiendo, porque llega la lotería de Navidad. Esas fantasías inevitables que tenemos de lo que haríamos si nos tocara “el Gordo”, aunque también nos conformaríamos con “un buen pellizco”.

Llega una de las épocas más bonitas del año, una época en la que se respira alegría en las calles y sobre todo en los hogares. Llega la época por excelencia del turrón, los mazapanes, los polvorones y la nostalgia de otro año que se nos va para dejar paso a uno nuevo.

Y es que ya ha llegado, ya está aquí.

¡Feliz Navidad!

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